“Quien permanece en el amor permanece en Dios… y Dios en él”

 

 

El termino amor se ha convertido hoy en una de las palabras más utilizadas y también de las que más se abusa, a la cual damos acepciones totalmente diferentes.

 

En un mundo en el cual a veces se relaciona el nombre de Dios con la venganza o incluso con la obligación del odio y la violencia, “El amor” o “Amar” es un mensaje de gran actualidad y con un significado muy concreto.

 

Cuando Jesús fue interrogado acerca de cuál era el mandamiento principal, él respondió que el amor a Dios estaba en primer lugar y por encima de todo.

 

Permanecer en el amor es estar totalmente al servicio de Dios, estar conforme a su voluntad, estar siempre entregados al querer del Padre Dios.

 

“Y nosotros hemos llegado a conocer y hemos creído el amor que Dios tiene para nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios permanece en él” 1 Sn Jn 4,16.

 

En cuanto podemos llegar a ser personas que aman es que, con Dios, entramos en el misterio de la santidad.

Por eso debemos hablar del amor, del cual Dios nos colma y que nosotros debemos comunicar a los demás.

 

Y recordar que “El Amor” no es un sentimiento, ni una mera emoción, es un ser, es “el ser”:

“El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor” 1 Sn Jn 4,8.

 

 

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